En algún momento mentimos, unos más que otros. Unos lo hacen por conveniencia, vergüenza, interés, respeto o necesidad. Otros por piedad, desesperación o defensa. Hay quienes lo hacen simplemente por gusto. Las mentiras crecen con nosotros y evolucionan junto con nuestra personalidad.
Mentir tiene sus riesgos. Aunque aseveramos, con nuestras palabras, algún argumento, nuestra fisiología nos desmiente. Ya que al hablar nuestro cuerpo afirmará o contradirá nuestros dichos, debido a que se produce un cambio del tono de voz, dilatación de las pupilas, se tiende a evitar la mirada de la persona que tenemos en frente, el cuerpo se vuelve algo más rígido al mentir.
Quizás mentir nos sacará de un apuro o haremos feliz al otro porque escuchará lo que quiere oír, pero al final nuestro cuerpo delatará nuestro hablar, si es cierto o falso.
2 comentarios:
Jajajaja!!! el video estuvo chevere!!... ciertas caras me hicieron reir, pero lo que t dices es muy cierto, es simplemente la realidad, la mentira se ha vuelto una costumbre, que podemos conversar con nuestros amigos sin tener la intencion de mentir y aun asi lo hacemos porq ya esta en nosotros el hacerlo, es como si fuera una parte mas de nosotros. Pero solo en nosotros esta el tener la voluntad de cambiar, pero obvio, siempre con la ayuda de Dios...
amiga que bonita la pag, algun dia me tienes que enseñar jejejejeje, esta chevere, y el blog esta interesante
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