Desde hace meses, creo que desde julio, esperaba que llegara el 30 de septiembre y no porque sea fin de mes, sino que deseaba escuchar a un joven alto, bueno un poco más alto que yo, delgado, rubio, ojos azules, pecoso, de buen parecer y pilas.
Todo empezó un día, cualquier día del semestre anterior, como siempre, antes de irme a dormir, revisé mi e-ma
il, twitter y facebook (fb). En las notificaciones del fb leí que Gardenia había confirmado asistir a una conferencia de la ESPOL, universidad donde dicen que salen los cerebros del país, y comencé a husmear. Mmm... Interesante, pensé. Y es que, cómo soy de la UCSG, de acá dicen que es pura fiesta, pero nada que ver, ingresé a leer que de bueno tenía el evento al que ella confirmó ir. Y es que ahora los centros educativos están a la competencia de ser mejor que otros, por esto de la certificación y leyes que se están aprobando en la Asamblea.
El conferenciante invitado era Chris Hughes, el co-fundador del fb. Parecía que su asistencia era segura y que el evento era verídico. Así que investigué un poco más sobre el muchacho. Mi mandíbula inferior no podía estar más lejos de la superior. El chico sólo tenía 26 años y había trabajado exitosamente en la campaña mediática online de Obama.
!Qué hombre! Tan joven y ya con una imagen igual a los grandes, a los que los libros de historia no los puede ocultar.
En esas fechas estaba cabezona, creando un proyecto para Planificación estratégica, materia de la U, y si que me rompía el mate con Gia y con Debbie para que todo cuadrara. Y es que con ellas nos hemos planteado crear una empresa y para eso nos hemos idealizado que en x año, con el capital en manos, la empresa funciona porque funciona. En base a eso, queríamos aprovechar la asignatura para plasmar en papel nuestro sueño. Pensaba en lo pilas que era ese chico y me di cuenta que para la fecha que exista el proyecto, nosotras seremos mayores que él, con respecto a la edad en que tuvo éxito con fb.
Hablando de todo, en los recesos que nos dábamos, les conté a las chicas sobre el evento. Las convencí que deberíamos asistir. Quedamos que iríamos temprano al Centro de Convenciones de Guayaquil Simón Bolívar para hacer fila y lograr conseguir buenos puestos. En es
e tiempo no trabajaba y no dudé en ir desde la mañana, peor que fan esperando entrar al concierto del amado artista.
En el fb, la desesperación por asegurar un asiento en la conferencia era barbara. La gente preguntaba, a través de escritos en el muro del evento, el costo y al enterarse que el mismo sería gratuito, la fiebre de asegurar una silla no se podía controlar. Todos comenzaron a decir que madrugarían, si era necesario. Era obvio que ellos tenían grandes expectativas del chico. Los organizadores, como solución a esto, pidieron que los asistentes se registraran e imprimieran pases en el que se indicaba el número del asiento que deberían ocupar.
Wow... Qué organización. A estos politécnicos si que hay que sacarseles el sombrero, me dije. Y es que, todos creemos que los de la Espol son pilísimas. No perdí tiempo y comencé a ingresar mis datos y obtuve el número de mi asiento. Pero mi sonrisa desaparecía poco a poco, debido a que creí que tendría un buen puesto. Pero, yo un poco más y estaría en la puerta, con los lentes y bifocales para poder divisarlo bien. Y es que mil personas ya se habían registrado antes.
Dos semanas antes de la conferencia, logré obtener un empleo en un diario. La idea de acampar fuera del lugar para poder tener buenos puestos desapareció. No podía fugarme ni pedir permiso del trabajo. Cuándo al fin llegó el día, me puse lo más cómodo a mi parecer: jeans, camisa y sandalias. El plan era, a penas sean las 3pm, salir del diario, tomar mi auto y volar para el centro de convenciones, pero antes quedé con mi hermano que él se llevaría el auto y me recogería a la salida del evento. El objetivo era no quedarme sin un lugar, llevé conmigo la credencial del diario e imprimí el pase. Con Andrea y David quedamos en ir al evento, por que mis amigas no pod
ían asistir por trabajo y por temas familiares, pero al final sólo Andrea.
Llegó la hora de salida, pero me encontraba vía Samborondón. A las 4.20 pm llegué al diario y enseguida me dirigí a Sauces I, donde me esperaba mi hermano. Me llevó al Centro de Convenciones, donde antes era el Aeropuerto de la ciudad. En el sitio, un guardia nos desvió hacía la parte posterior del centro. Me bajé del auto y me dirigí al interior del edificio.
El lugar estaba lleno, subí las escaleras eléctricas, con miedo a no alcanzar un puesto. Al tratar de obtener información, me presenté como periodista para tener los beneficios de la prensa; las chicas del staff estaban más perdidas que yo, una señora que era la rrpp, me dice: sí aquí es la conferencia de Chris Hughes. Me encontré con Otto. A él lo habían obligado, la U, a asistir a la conferencia, pero no podía ingresar al salón, porqué estaban repletos. Le dije que como prensa podría obtener algún puesto y que ahí entraríamos. Luego, me topé con Carlos, un amigo de mi U, y me comentó que ahí se efectuaba otra conferencia, de la UCG.
Salí apresurada de ahí, me sentí engañada. Pero, qué podría hacer. Me dirigí hacía la parte principal del Centro de convenciones y ahí sí era! La fila estaba corta y eso qu
e era alrededor de las 5pm. Mostré mi credencial para ingresar, antes que los demás. Igual, una monja me guardaría el espacio detrás de ella, por si las moscas.
Un señor que hacía el papel de guardia, vestía de terno, me dijo -espere un ratito por que a las seis es el ingreso-. Esperé, a lado de los primeros de la fila y conversé con ellos para que no se enojaran por mi ingreso, aunque creo que como vieron la credencial no mostraron alguna señal de, qué le pasa a esta chica. Un joven, de entre los de los primeros de la fila, me parecía como conocido, no sé de dónde pero como que me era familiar.
Primero hicieron pasar a las personas mayores de edad y luego a los minusválidos y de ahí pasé yo. Y, patitas para qué te tengo. Me dirigí hacía los asientos de adelante, luego me enteré que eran VIP, me senté atrás de las sillas separadas para una compañía telefónica. El joven que me parecía conocido se sentó a lado mio y resultó ser el que se quejaba en la página del evento por la falta de seriedad por parte de los organizadores, debido a que luego ellos señalaron que los pases, antes obtenidos, no valdrían. Pero sin hacer uso de ellos logramos tener un buen lugar justo frente al conferenciante.
La gente ingresó al sitio tranquilamente, poco a poco el salón se llenaba. El evento fue abierto con unos sorteos de camisetas para quienes dejaron sus pases en una ánfora. Esperé ser una de las ganadoras, en el segundo sorteo, ya que no entregué mi ticket a la entrada. Le di mi pase a una chica del staff, pero no gané nada. Luego, cuándo al fin llegó la hora, con treinta minutos de retraso, el rector de la Espol dio paso a Chris Hughes. Él vestía un terno clásico negro. Su lenguaje fue sencillo, habló en su lengua madre, inglés, aunque dijo una pequeña frase en español. Hughes comenzó
explicando cómo fue el inicio del fb, algo simple y sencillo, algo para compañeros de la universidad, pero que al final se convirtió en algo mundial.
Y es que para él, fb es un proyecto que recoge dos características; la conexión entre las personas y la privacidad. Para Chris, este es una forma para complementar las relaciones interpersonales y obtener información de ellos. Al ser una red semicerrada, el usuario tiene el control de la información que expone para que otros consuman.
Además, todos atentos, unos mirando las pantallas gigantes, algunos escuchando las traducción y otros fotografiando o grabando, todos esperábamos que Hughes se pronuncie sobre su papel y estrategias que usó en la campaña del, ahora, presidente estadounidense.
Sus palabras eran claras y mientras él leía y pasaba las hojas, dijo que el uso de la web y la forma en cómo lo usaron, fue lo que hizo que las personas se sintieran activas y comprometidas con la campaña presidencial de Obama. Lo principal, para él, es estar en todas partes y a la vez ser disponible, ya que lo que quiere el usuario es tener esa cercanía con la persona a la que sigue. Y aquí la publicidad de porta queda, te siento aquí, oh oh oh... Por eso, esta telefonía a arrasado con el mercado nacional.
Pero, no sólo hay que ser omnipresente sino que la información que se expongan debe estar constantemente renovando y saturando al espectador, no sólo con datos sino con todas las redes sociales que ofrece la tecnología para así tener comprometidas a las personas.
Siempre creemos que no hay que dar de que hablar a los demás, pero este chicu
elo piensa todo lo contrario, "hay que dar a las personas una razón por qué hablar", y es que pasar inadvertido es un pecado según él, así nadie te ve, no existes aunque existas. Y es que, mientras das más info, más podrán hablar de ti. Y, ¿qué de la privacidad? Pues, cero. Hay que desprenderse de eso para que la información sea publica y a la vez accesible.
Y así terminaba su charla. Y es que nada es nuevo. Cosas como la saturación que va en contra de la comunicación y de los profesionales que cuidan de no colapsar a su audiencia, queda sin valor. Quieres éxito, saturalos. Y luego del espacio a preguntas y respuestas, Hughes se despidió del escenario. Las personas ordenadamente dejaban el recinto. Mi amiga y yo corrimos, hacía la puerta posterior, por una foto con el conferenciante, y estar face to face con Chris Hughes.