¿Cuántas veces hemos creído que nosotros tenemos control de nuestro cerebro? De seguro que algunas veces, por no decir que pensamos estar conscientes que así es. Pero, en realidad no es como parece.
Nuestro cerebro manipula una serie de imágenes que son producidas por los nervios periféricos sensoriales y motores, y el torrente sanguíneo, en procesos de cognición-pensamiento, según indica Antonio Damasio, médico neurólogo, de origen portugués. Todo lo que sentimos, vemos y percibimos se transforman en imágenes.
Además, Damasio indica que el pensamiento funciona por imágenes -visuales, sonoras, olfativas, etcétera-, aún hasta las más abstractas y complejas, como la imaginación. Así mismo, el presente está conectado con imágenes rememoradas que se disparan mediante una lógica conectada con el “ahora”.
Las imágenes comienzan a afluir a la mente como superponiéndose en diversos planos y mezclándose con las imágenes en tiempo real. Son imágenes del presente y del pasado.
En la combinación de imágenes comienza ya a funcionar incluso la estructura de un análisis lógico; por ejemplo, si tal imagen presente, entonces tal imagen pasada y entonces tal imagen futura que orienta la conducta (acercamiento amistoso o fuga), indica Damasio.
En ocasiones nos antecedemos a los hechos que van a ocurrir al relacionarnos con alguien -con nuestras parejas, familiares, amistades...- pero, esto ocurre debido a que en nuestro cerebro tenemos un archivo de imágenes que son manipuladas en un proceso denominado pensamiento -en el que se ordenan y representan, internamente, las imágenes- y que influye en el comportamiento, a predecir el futuro, a planificar en consecuencia y a elegir la siguiente acción: esto, al darle un significado al yuxtaponer otras experiencias junto con imágenes del pasado.
Así mismo, Damasio dice que mientras dormimos nuestro cerebro, mediante continuas pautas mentales -experiencia fenomenológica en que el sujeto "siente" un efecto psíquico, cualidades subjetivas de las experiencias mentales de la imagen- que se producen, también, durante el sueño, las mismas que son activadas por la memoria dando lugar a una experiencia casi real de un hecho, pero esto son imágenes transformadas y manipuladas por el cerebro.
El recuerdo supone la reactivación de las áreas sensitivas, donde se produjeron las imágenes en tiempo real.Las imágenes visuales no pueden rememorarse con el mismo significado de ese momento, sino que al traerlas al presente son alteradas, tanto en significado como en la composición de la imagen.
Entonces, todo lo que hacemos, pensamos e inducimos son imágenes del pasado, que nuestro cerebro ha recolectado y que junto con las vivencias de otros, se le adjunta un significado al presente y al futuro.